Cómo evitar el miedo a los petardos en el perro

Es la víspera de San Juan, una noche mágica, de fuego, diversión y petardos. Desafortunadamente para muchísimos perros, los petardos no son algo divertido como pueda resultar para los humanos, sino que puede ser miedo o pánico el que sufran cuando los oyen.

Este miedo es totalmente irracional y se desarrolla por el miedo a lo desconocido, asociando que algo que suena tan fuerte y con tanto estruendo tiene que ser muy malo. Los seres humanos también tenemos miedos irracionales. Por ejemplo, cuando somos muy pequeños prácticamente todos los niños hemos sufrido un miedo irracional a la oscuridad. Pues, para que entendamos mejor a nuestros perros, ante un petardo el perro sufre miedo irracional, pero no por ello, debemos obviar este miedo.

¿Cómo debemos actuar ante un perro que sufre claros síntomas de miedo o incluso pánico? Por ejemplo: temblar, esconderse, gemir, ladrar, echar a correr sin ninguna dirección, etc. Lo ideal sería empezar desde que el perro es cachorro.

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Durante la etapa de la socialización, entre los 2 y los 4 meses, es fundamental que el perro se enfrente a todo tipo de ruidos pero de forma gradual, por ejemplo, en el caso de los petardos. Por mucho que queramos acostumbrar al cachorro a los petardos, jamás debemos acostumbrarlo tirándole un petardo en su presencia, sino que en casa, buscaremos un sonido grabado de petardos en Internet, y se lo iremos poniendo a un volumen casi imperceptible. Iremos aumentando el volumen gradualmente sin que el perro sufra la más mínima preocupación.

A este proceso se le llama desensibilización sistemática: se le presenta al perro un estímulo de forma gradual, nunca directa, mientras realizamos algo divertido con él, ya sea jugar, ya sea darle alguna golosina, etc.

Es decir, de lo que se trata es de que el perro asocie, en este caso, el sonido del petardo con algo agradable o positivo. ¿Por qué? Porque si la primera vez que escucha un petardo es a muy bajo volumen y está haciendo algo agradable, su mente asociará esta conexión. Aumentando el volumen muy poco a poco, llegará un momento en que el perro estará acostumbrado a escuchar ese sonido en circunstancias agradables, lo que no le llevará a desarrollar un miedo irracional.

En perros que ya sufren de este miedo, el proceso es el mismo. Simplemente, hay que tener más paciencia e ir cambiando su mente, de forma que la relación petardo – miedo, se convierta en petardo – tranquilidad.

Recomendaciones para una noche o día de festejos con petardos:

• Días antes, somete a tu perro al proceso de desensibilización sistemática.
• Cierra todas las ventanas para aislar lo máximo posible el ruido de casa y/o evitar que el perro se escape preso del miedo a la calle con los consecuentes peligros que eso conlleva.
• Prepara una especie de guarida para tu perro: por ejemplo, consigue una caja de cartón y mete dentro su cama.
• Pon música relajante para que tu perro tenga otras vibraciones que las del petardeo momentáneo.
• Actúa con naturalidad: jamás intentes calmarlo o acariciarlo o protegerlo. Sé que nuestro instinto nos lleva a eso, pero le estamos haciendo un flaco favor, puesto que lo único que conseguiremos es reforzar esa conducta de miedo, y queremos conseguir lo contrario, ¿verdad?

Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”