Cuando un niño pide un perro a sus padres

¿Qué decisión deben tomar unos padres cuando su hijo les pide un perro?

Esta pregunta se la plantean muchos padres, sobre todo aquellos que ni se les había pasado por la cabeza adoptarlo.

Sin embargo, es una decisión que exige una responsabilidad por parte de la familia, no solo del niño.

mi hijo quiere un perro

Mamá, quiero un perro

Si tu hijo te pide un perro, debes tener claro desde el primer momento, que el perro es una responsabilidad de toda la familia.

En muchas ocasiones, he escuchado a padres decir: “¿lo vas a cuidar tú?“, y el hijo emocionadísimo contesta: “¡claro!“, y luego vienen los problemas en casa que derivan en la mayoría de las ocasiones en el abandono, regalo o devolución del perro.

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Debemos partir desde la premisa de que un perro va a ser un miembro más de la familia, no será una cosa cuya propiedad es de alguien en particular (y mucho menos de un menor de edad que aún no tiene las herramientas aptitudinales para hacerse cargo).

Un miembro más de la familia supone que toda la familia debe involucrarse en la toma de muchas decisiones que afectan al perro:

  • Quién le dará de comer.
  • Quién se encargará de las salidas a la calle.
  • Quién se encargará de los gastos veterinarios.
  • Consensuar las normas en casa respecto a dónde debe dormir, comer, etc.
  • Consensuar la educación que debe ir en la misma dirección por parte de todos los miembros de la familia.
  • Etc.

En este sentido, si tu hijo te pide un perro ten claro que él no va a ser el dueño, sino que la responsabilidad va a caer sobre todos.

Es algo que se debe plantear seriamente y desde la madurez y la estabilidad familiar.

Edad recomendable de un niño para tener perro

A partir de los 5-6 años ya es una edad recomendable para que el niño empiece a ser responsable con cosas, situaciones o deberes que le afectan: vestirse solo, tener su cuarto ordenado, etc.

Respecto al perro, no es recomendable cuando el niño es de menor edad, porque a esas edades hay una tendencia a estrujar, empujar y hacer daño inconscientemente al animal.

A partir de los 5-6 años, según la madurez del niño, éste es capaz de empatizar con el perro y saber cuándo sufre, cuándo está contento, cuándo no se le debe molestar, cuándo se le debe regañar por algo que está mal hecho, etc.

Y a medida que va creciendo el niño, más competencias y más responsabilidades con el perro se le pueden adjudicar, siempre desde la educación, tanto del niño como del perro.

Beneficios que tiene un niño al convivir con un perro

No los puedo contar con los dedos de las manos, pero muy resumidamente, puedes estar seguro de que aprenderá unos valores que sin un perro es difícil que aprenda de forma tan rápida y eficaz.

Entre los muchos beneficios que va a conseguir tu hijo al convivir con un perro:

  • Aprenderá de forma natural las etapas más destacadas de la vida: enfermedades, nacimiento, parto, dolor, sexualidad, muerte… Todo ello, le permitirá madurar de forma más rápida.
  • Estimulará la psicomotricidad a través del juego, los paseos, los movimientos, etc. en su interacción con el animal.
  • Desarrollará en él emociones tan importantes como el amor, la lealtad, la fidelidad, la confianza y la seguridad.
  • Promoverá un papel nuevo en su vida: el de ser responsable de un ser vivo que va a depender de sus acciones.
  • Ejercerá un papel importante en las relaciones sociales, abriéndose más a ellas e interactuando más con sus iguales.
  • Reducirá el estrés que pueda sufrir en su cotidianeidad.
  • Mejorará su autoestima, porque se sentirá muy querido por su mascota.
  • Disminuirá el riesgo de afecciones gracias al fortalecimiento de su sistema inmunológico.

Y un largo etcétera del que solo serás consciente cuando admires sonriendo cómo tu hijo se relaciona con el perro y viceversa.

Así que si tu hijo te pide un perro, ten en cuenta todos estos beneficios, pero también ten en cuenta que nada es gratuito y que no hay una varita mágica para que todo sea idílico.

Al igual que tu hijo no se ha educado solo, el perro tampoco se educa solo, y con el apoyo y consenso de tu unidad familiar, conseguiréis convivir con un perro sano y equilibrado que, sin ninguna duda, se convertirá en el mejor amigo de tu hijo.

Y es que nadie de los que leemos estas líneas ahora, es capaz de olvidar a su primer perro.

De todas maneras, si tienes dudas sobre vuestra capacidad para convivir con un perro, te recomiendo pasar por la experiencia de visitar un albergue para perros o participar en un programa de acogida temporal.

Es una buena manera para ir tanteando el terreno.

Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”

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