¿Tienes un perro de tamaño pequeño? ¿Tiene conductas que no son buenas pero te hacen gracia? Pues seguramente tu perro lo sufra.
Hablamos de este síndrome que hemos desarrollado los humanos en nuestros perros cuando tenemos un pequeño dictador en casa que no ha sido educado de forma correcta y que, sin embargo, reforzamos continuamente.
El síndrome del perro pequeño, a partir de ahora, SPP, lo sufren perros de tamaño pequeño que han sido tratados más como un niño consentido que como un perro, de ahí que nos encontremos conductas de dominancia, fobias, ansiedad e incluso agresividad en los perros más pequeños.
Pero, ¿por qué sucede esto? Sencillamente, porque no ponemos límites a nuestro perro.
Si ponemos en la misma balanza un Chihuahua y un Rottweiler y en dos situaciones distintas, ¿actuaríamos igual si ambos se nos abalanzaran?
A un Chihuahua lo reforzaríamos cogiéndolo y subiéndolo en brazos, mientras que al Rottweiler le regañaríamos ordenándole que se sentara y no saltara sobre nosotros.
Si el Chihuahua nos gruñera seguramente nos reiríamos, en cambio un Rottweilwer incluso nos haría temblar.
Pues en multitud de situaciones en las que diariamente nos encontramos estamos desarrollando una personalidad equilibrada y tranquila con el Rottweiler porque le ponemos límites, normas y no reforzamos conductas indeseadas, mientras que en el Chihuahua reforzamos continuamente esas malas conductas por el simple hecho de que nos hacen gracia, sin saber, que estamos desarrollando en el perro una personalidad desequilibrada y ansiosa que desemboca en que el perro no sea feliz.
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Cuando me cruzo con humanos que portan en sus brazos sus pequeños perros tengo ganas de cogerlos y dejarlos en el suelo, ¡los perros necesitan actividad física constante! ¡Necesitan enfrentarse al mundo desde su altura!
¿Qué pretendemos cargando a los perros? ¿Presumir de ellos? Porque no se me ocurre otra razón.
Si queremos evitar que los perros pequeños desarrollen el SPP debemos desde el primer momento en que lleguen a casa tratarlos como lo que son: perros.
Para ello, es fundamental que tenga normas en casa, que reciba disciplina de lo que puede y no puede hacer, que realice la actividad física suficiente para su tamaño y respetar sobretodo su psicología.
Bajo ningún concepto impongamos la nuestra porque, aunque parecidos, somos especies muy diferentes.
¿Tienes un perro que sufre SPP? Manifiesta conductas dominantes, ladra excesivamente, se lleva mal con personas desconocidas y otros perros, etc., pues estás a tiempo de reeducarle.
Pero para ello debes reeducarte tú primero asumiendo los errores que has cometido y no volviéndolos a cometer.
Esto es importante para la salud emocional de tu pequeño perro.
A partir de ahora pon límites de lo que puede o no puede hacer, no lo cargues nunca en brazos, permite que realice actividad física, socialízalo con personas y perros desconocidos, y si no te ves capaz, quizás es hora de contactar con algún etólogo o educador canino que te ayude en esta tarea.
Por la felicidad de tu perro, acaba con el SPP.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”