¡La de consultas que recibo por email con el asunto “mi perro come caca”!
Así que, sí, que tu perro coma caca es un asunto bastante común en perros, por eso, hoy voy a dedicar este post a esta cuestión.
La compañía de una mascota es sumamente satisfactoria, pero no exenta de problemas como el de la ingesta de heces.
Cuando eso ocurre, para muchos adoptantes resulta ser complejo de entender por qué el perro se comporta de esa manera.
Esto se conoce como coprofagia y, aunque pocas personas lo conozcan, es una tendencia a consumir heces de otros animales, como, por ejemplo, los gatos.
Sin embargo, aunque no existen contraindicaciones acerca del consumo de contenido fecal, es imprescindible que se conozcan los problemas de salud que puede ocasionar que el perro se alimente de excremento.
¿Qué es la coprofagia?
Comer las propias heces o las de otros animales se llama coprofagia.
En el mundo animal y, en particular para la especie canina, este comportamiento está íntimamente ligado al instinto de supervivencia.
Si el perro se extravía y tiene poca comida disponible, pero incluso si está desnutrido, impulsado por el deseo de sobrevivir, el perro ciertamente no será quisquilloso y se comerá las heces de otros, como la de vaca o de caballo, rico en fibra no digerida.
Este comportamiento le permitirá compensar las deficiencias nutricionales que necesita. Pero eso no es todo.
Más allá del instinto, la causa de la coprofagia se puede encontrar en:
- Perros con problemas de salud.
- Un perro que está aburrido.
- Está pasando por un estado de ansiedad. Por ejemplo, puede comer heces para mantener limpia la casa o la perrera, en el caso de perritas que han parido recientemente.
¿Por qué mi perro come caca de gato?
Los perros suelen alimentarse de las heces de gatos por diversos motivos.
Aunque no es común que se observe a un perro correctamente alimentado realizando esta práctica, se trata de una conducta que puede desarrollarse debido a diferentes causas:
El perro tiene curiosidad
Aunque no se sabe a ciencia cierta la razón principal por la cual un perro tiene este comportamiento, en algunos casos solo puede deberse a una intensión curiosa.
Los perros se comunican con el mundo a través de sus bocas, por lo que les encanta llevar palos y masticar juguetes e incluso huesos.
A los perros suele atraerles las cosas que tienen olores muy fuertes y, la caca de gato, sin duda pertenece a la lista de olores con potencia.
Aunque puede parecer extraño, consumir heces por parte de tu perro solo hace que examine un elemento que le interesa.
Son cachorros que se encuentran confundidos
Los perros en etapa de cachorros suelen consumir sus propias heces mientras se encuentran en el adiestramiento de aseo.
Esto sucede porque no están familiarizados con el lugar donde deben realizar sus necesidades.
Por lo tanto, consumen su caca cuando se encuentran nerviosos y quieren eliminar la evidencia.
Este tipo de conducta también suele ser frecuente en perros adultos cuando defecan dentro de casa.
Las perras suelen comerse las heces de sus cachorros constantemente, pero esto se realiza a fin de limpiarlos.
Es un método natural que aplica la madre para evitar que los depredadores puedan encontrar a su cría en un estado de vulnerabilidad.
Existen diferencias en la dieta
Una de las situaciones más comunes por la que un perro se ve impulsado a consumir excremento, se trata de una deficiencia en su dieta.
Las heces de los animales herbívoros pueden aportar grandes nutrientes y vitaminas que pueden no estar formando parte de la dieta de tu perro.
La comida de los gatos suele tener un alto índice de proteínas, por lo que sus heces pueden resultar muy atractivas para tu perro.
Es importante que esta conducta se detenga a tiempo, debido a que las heces de los gatos pueden llegar a ser tóxicas para un perro.
Otros factores
Un problema clínico y patológico, como una alteración de la función pancreática, infecciones intestinales, síndrome de malabsorción.
En tales situaciones, la coprofagia se acompaña de diarrea: es recomendable que contactes con tu veterinario de confianza para someter al perro a las pruebas específicas necesarias.
Sin embargo, la causa más común es de origen conductual, salvo en el caso en el que el perro ingiera las heces de otros animales, porque en ellas hay residuos que no están completamente digeridos y que resultan especialmente apetecibles.
La coprofagia es la manifestación de un malestar: estrés, ansiedad o aburrimiento.
Descuidos o errores de los adoptantes que ocasionan coprofagia
Estos son algunos descuidos o errores que se repiten constantemente por los mismos adoptantes, que favorecen o inducen la patología:
- Un proceso educativo incorrecto: el perro está exasperado, tiene miedo de hacer caca en un lugar inadecuado y trata de no encontrar sus necesidades en la casa por miedo a despertar reacciones de su adoptante.
- Falta de atención en el perro: el perro utiliza este método para llamar la atención de su dueño “distraído” y poco atento.
- Privación, es decir, falta de estímulos: se produce como resultado del aislamiento social o la privación de experiencias. El aburrimiento y la apatía hacen que los perros se coman sus propias heces.
Este comportamiento se encuentra a menudo en los perros que han pasado largas temporadas en las perreras o han vivido en ambientes de hacinamiento y lugares confinados.
¿Hay casos en los que la coprofagia sea fisiológica y no patológica?
La coprofagia es fisiológica en determinadas circunstancias.
Por ejemplo, como previamente mencionamos, son las hembras que han parido y que se comen las heces de los cachorros para mantener limpia la madriguera.
El cachorro, a su vez, aprende esta actitud al observar a su madre y la imita.
Es un comportamiento que tiende a desaparecer por completo con la edad.
Para los perros, en la naturaleza, puede suceder que se salten las comidas, incluso durante varios días.
Lamentablemente, también hay perros abandonados que por sí mismos son incapaces de conseguir alimento y, para poder comer algo, logran alimentarse de sus propios excrementos o de los de otros animales.
En estos casos, los perros “reciclan” los restos de comida no digeridos presentes en las heces.
Mi perro come caca de gato: ¿qué puedo hacer para que deje de hacerlo?
Cuando el perro se vuelve un fan del consumo de heces y busca la forma para detenerlo, existen varias opciones que puedes probar para lograrlo.
Probar todas estas opciones y observar el comportamiento de tu mascota puede ayudar a lograr la tarea de forma exitosa.
Sin embargo, en caso de que el perro sea muy joven o demasiado viejo y tiene problemas gastrointestinales, lo más correcto es consultar previamente con un veterinario.
Utiliza el método de la piña
Aunque no existe evidencia que respalde este método, algunas personas aseguran que la coprofagia puede prevenirse con la ingesta de piña.
Puedes colocar trozos de piña en la comida de tu gato.
El secreto radica en que posteriormente las heces serán demasiado desagradables, con un sabor ácido o amargo que hará disuadir al perro de comerla.
Método del calabacín
Otro de los métodos probados y que cuenta con múltiples fans, es el uso del calabacín.
Puedes colocar pequeños trozos en la comida de su perro o gato. La respuesta será la misma que con el método de la piña, por lo que se vuelven menos apetecibles.
Otras medidas
Algunas medidas que puedes aplicar como adoptante para prevenir que el perro consuma heces de otros animales, son las siguientes:
- Debes restringir todo acceso a la materia fecal, es decir, si cuentas con un gato en casa, éste debe realizar sus necesidades en un lugar apartado del perro.
- Cuando el perro se acerque a las heces, pero las ignore, es recomendable premiarlo con un snack saludable.
- Ayuda al perro a mantener su boca ocupada en otras tareas, una buena idea es proporcionarle juguetes que pueda masticar y que aumente el tiempo de calidad con la mascota.
- Aumentar la cantidad de alimentos que consume el perro, esto no quiere decir que se aumente su consumo de comida, pero si se pueden agregar golosinas para perros que le permitan estar saciado y no sentir hambre.
- En casos más extremos puedes consultar con un veterinario la opción de utilizar un bozal tipo canasta en el perro mientras camina, pero es esencial nunca dejar solo al perro mientras se pasea.
- Buscar ayuda profesional que permita combatir la coprofagia.
Enfermedades y riesgos para un perro que come heces de gato
Sin necesariamente entrar en detalles, las heces son un foco de gérmenes y bacterias, debido a que son los residuos que expulsa un organismo.
Por tanto, este “extraño” hábito de algunos perros, conlleva a considerables riesgos para la salud y los consiguientes problemas de comportamiento.
Los riesgos de las cajas de arena para gatos
Este es el gran problema de perros y gatos que conviven juntos.
En primer lugar, solo piensa que las heces del gato se depositan y se esconden debajo de la caja de arena.
Estos pueden estar compuestos por silicio, arcilla, bentonita, aglomerado y tener diferentes fragancias destinadas a enmascarar los malos olores.
Todos estos componentes si se ingieren pueden tener efectos sobre el sistema digestivo del perro (gastritis, obstrucciones intestinales) y provocar patologías de origen bacteriano o parasitario, como la salmonella, que es transmisible al ser humano.
A la larga, comer las heces de otros animales puede llevar a ingerir parásitos dañinos o contraer enfermedades virales.
Para evitar estas desagradables consecuencias y si la coprofagia resulta ser un hábito difícil de abandonar, puede utilizar algunas de las opciones antes expuestas.
Tratamiento para la coprofagia canina
Dependiendo de las causas que hayan originado este comportamiento en el perro, se pueden encontrar diferentes soluciones para tratar el problema.
En caso de que se trate de alguna alteración de salud, entonces un veterinario debe establecer un tratamiento adecuado para tratar esta enfermedad o patología.
En caso contrario, la coprofagia puede tratarse también de un problema conductual.
Al respecto, existen diferentes recomendaciones que pueden ayudar.
- Se recomienda realizar extrema limpieza en el área donde habiten gatos. Al mantener limpia esta zona, se logra evitar que el perro consuma las heces del felino.
- Los castigos no son técnicas correctas para ayudar al perro a que deje de consumir el excremento propio o de otros animales. Esto se debe a que el perro puede sentirse avergonzado en los casos de realizar sus necesidades en ambientes incorrectos, por lo que los come para no dejar rastros.
- En algunos casos, los veterinarios pueden llegar a recomendar un tipo de dieta que se encuentre elaborada con alimentos que se encargan de hacer que el sabor y olor de los excrementos sean completamente repulsivos.
Es importante destacar que, si tiene gatos o perros en su ambiente familiar, puede existir la posibilidad de incluir en la dieta de tu gato algunos de los alimentos que ayudan a que las heces tengan un fuerte sabor, de forma que puede ayudar al perro que no se sienta atraído por ellas.
Esta patología es muy grave y puede alterar gravemente la salud de un perro.
Como he comentado, las heces que se consumen pueden estar cargadas de parásitos, hongos e incluso bacterias.
Por lo tanto, puede verse afectado por importantes problemas estomacales siendo de menor o mayor caso.
Corregir este comportamiento a tiempo puede ser complejo, pero el éxito siempre depende del tipo de personalidad que un perro tiene.
Para poder obtener mejores resultados lo mejor y más conveniente siempre será consultar con los médicos especialistas.
Conclusión
El bozal puede llegar a ser uno de los métodos más efectivos para prevenir que el perro consuma las heces de gatos o de sí mismo, pero este comportamiento también puede tratarse con ayuda de una buena educación, como por ejemplo decir que “no” con firmeza cuando se acerque a la caja de arena de su compañero de hogar.
Definitivamente, si el perro se encuentra correctamente nutrido, entonces es poco probable que la caca de gato le llame la atención.
Por tal motivo, si vives con perros y gatos debes saber que el perro no comenzará a consumir excremento por solo compartir convivencia, sino que puede deberse a un déficit alimenticio en la dieta canina.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”