Osteosarcoma en perros

Una de las enfermedades más temidas es el osteosarcoma en perros.

Los osteosarcomas son tumores de tipo maligno que pueden desarrollarse en los perros, teniendo un potencial metastásico muy alto.

Todo esto, hace necesario un diagnóstico prematuro para poder detectarlo y tratarlo a tiempo.

Cuando tu perro presenta cojera, inflamaciones y dolores a nivel de la metáfisis de huesos largos, deberías hacer un control con su veterinario para poder descartar la posibilidad del desarrollo temprano de un tumor.

Generalmente, los perros que padecen este tipo de tumores, no tienen un buen pronóstico, debido a que su esperanza de vida se ve acortada de manera notoria.

Aunque depende en gran medida también de si hay presencia de metástasis y qué tan avanzado se encuentra su evolución.

Mi anterior perro, Nit, falleció a causa de un osteosarcoma en el hueso de la pata trasera con metástasis.

Fue todo tan rápido, que solo nos dio tiempo a hacer las pruebas y conocer el diagnóstico una vez falleció.

De hecho, le practicamos la eutanasia porque el dolor que padecía era insoportable, y ya tenía casi 15 años.

Para que no te encuentres solo o sola en esta situación, he intentado explicar todo sobre el osteosarcoma en perros de la forma más sencilla.

Leerás muchos tecnicismos, pero considero que es importante mentarlos, porque son los mismos que usará tu veterinario en caso de que sea diagnosticado con osteosarcoma.

¿Qué es el osteosarcoma en perros?

Se trata del desarrollo de tumores de tipo primario en los huesos, muy común entre los perros, llegando a ser de un 85% de los casos de tumores óseos presentados.

El 75% de las veces se presentan en el esqueleto apendicular (incluye todos los huesos que forman los miembros superiores e inferiores, incluida la pelvis), antes que en el esqueleto axial (25% de los casos); en promedio.

Entre otro tipo de neoplasias primarias que afectan los huesos, se tienen el condrosarcoma, hemangiosarcoma, el fibrosarcoma, osteocondrosarcoma multilobular y el sarcoma histiocítico.

En ciertas ocasiones, pueden llegar a observarse ciertas lesiones óseas que están relacionadas con tumores no primarios que afectan a los huesos (siendo de tipo malignas,) en forma de metástasis.

Éstas se presentan más frecuentemente en forma de carcinomas uroteliales, mamarios o incluso prostáticos.

También pueden presentarse formando parte del proceso sistémico, como son los casos del linfoma, mieloma múltiple y/o la histiocitosis maligna diseminada.

Este tipo de osteosarcoma se trata de un tumor mesenquimal que se presenta en las células óseas primitivas del perro.

Usualmente, esta afección suele presentarse en los perros que son de razas grandes o gigantes, siendo poco frecuentes los casos en que se presenta en razas pequeñas.

La distribución en que suele desarrollarse este tipo de tumores es en los huesos más largos como en el húmero proximal, fémur distal, radio distal y en la tibia proximal.

Estos consiguen afectar, sobre todo, en las extremidades delanteras con una proporción de 2 a 1 de los casos presentados en promedio.

Cuando se trata del desarrollo del tumor en el esqueleto axial, se suele encontrar que la mayoría de los casos se desarrollan en la mandíbula, huesos craneales, costillas, maxilares, pelvis y cavidades nasales.

En algunas ocasiones puede llegar a desarrollarse en tejidos externos al hueso, como en las glándulas mamarias.

Origen del osteosarcoma en perros 

El estudio etiológico del sarcoma no ha logrado determinar con exactitud los posibles orígenes o causas del desarrollo de los tumores.

En ese sentido, se han propuesto causas hipotéticas de tipo viral que aún no han podido ser demostradas consistentemente.

De igual manera, otras causas pueden ser algunos factores físicos, así como el uso de implantes metálicos, microtraumatismos, exposición a radiaciones ionizantes o soldadura de fracturas sin una correcta resolución interna.

Incluso orígenes de tipo molecular y/o genéticos, en las que se tiene cierta idea que puede ser de tipo hereditaria la tendencia a desarrollar los tumores.

Nota: Se ha observado un mayor desarrollo en ejemplares tanto machos como hembras, aunque en el caso de los Rottweilers pareciera haber una tendencia inversamente proporcional entre el riesgo a desarrollar el osteosarcoma y el tiempo de exposición a hormonas gonadales.

osteosarcoma en perros

Síntomas del osteosarcoma en perros

  • Cojera: Suele ser el síntoma más habitual y puede presentarse de forma repentina o gradualmente según sea el caso. Normalmente ocurre al tomar tratamientos antiinflamatorios, aunque vuelve a aparecer cuando se suspende.
  • Inflamación local: Esta inflamación suele ser ocasionada por el propio tumor.
  • Dolor de huesos: Puede presentarse debido a las microfracturas de los huesos involucrados, o causada también por la disrupción del periostio por causa de la osteólisis de la cortical ósea. Esto se debe a la extensión del tumor por el canal medular.
  • Fiebre: La presencia de fiebre podría darse como consecuencia de la respuesta inmunológica del cuerpo del perro a la formación tumoral.
  • Falta de apetito: Puede suceder que el tumor presione el estómago y otros órganos digestivos, ocasionando una disfunción que lleve a un ralentizamiento de la digestión. Incluso, podría bloquear del todo el estómago e intestinos.
  • Apatía: El desarrollo de un tumor consume mucha energía del perro, lo que puede generar bajos niveles de actividad.
  • Dolores: Son causados por bajo flujo sanguíneo hacia las extremidades, debido a las inflamaciones por presencia del tumor, debido a que cortan el flujo sanguíneo. Generalmente se presenta de manera crónica.

Nota: Es importante observar que estos síntomas suelen aparecer en presencia de un osteosarcoma, sin embargo, no son exclusivos de esta afección, pudiendo ser causados por otros factores. 

Por lo tanto, es recomendable que el adoptante, en caso de notar alguno o todos ellos, acuda al veterinario para que puedan hacerle las pruebas adecuadas.

La premura es importante, con el objetivo de que tu mascota tenga un correcto diagnóstico y se logre determinar el tratamiento adecuado.

¿Cómo se diagnostica el osteosarcoma canino?

Cuando se hayan observado los síntomas mencionados anteriormente, hay que llevar al perro al médico veterinario para que pueda hacer una evaluación profunda y especializada. 

Esta normalmente consiste en realizarle al perro unas radiografías, en las que si se muestra indicios de presencia de algún signo que indique la posible presencia del sarcoma, será necesario realizar una biopsia a través de una muestra ósea.

Luego la muestra se debe analizar en el laboratorio con más detenimiento.

En este último caso, se realizan pruebas sanguíneas de recuento sanguíneo completo (CBC), perfiles bioquímicos y análisis de orina que proporcionan información base que guían al veterinario en su diagnóstico, llegando incluso a determinar si es necesaria una quimioterapia.

Esta enfermedad consta de 3 etapas de desarrollo que son clasificadas por el sistema TNM (siendo las siglas para Tumor T, Ganglio Linfático N y Metástasis M)

De esta forma tenemos tres tipos de procesos exploratorios para determinar y certificar la presencia de tumores:

Imágenes 

La radiografía simple se trata del examen a través de placas de radiografías del esqueleto apendicular estando en 2 posiciones y de 3 cuándo se trata de metástasis en los pulmones u otras áreas.

Esta es la base con la cual parte el diagnóstico.

Las lesiones se suelen mostrar como monostóticas presentando agresividad al encontrarse en los huesos.

Debido a la lisis ósea, pueden llegar a presentarse fracturas patológicas en algunos individuos.

Suele presentarse el llamado triángulo de Codman, aunque no es indicativo definitivo de la presencia de osteosarcoma.

La radiografía mediolateral normalmente es tomada por la extremidad posterior izquierda del animal que tenga presencia de osteosarcoma femoral, pudiendo verse las áreas líticas en la diáfisis distalfemoral discontinuada del periostio, generalmente asociada con la reacción perióstica amorfa.

Los estudios radiológicos son recomendados debido a la alta tasa de presencia de metástasis.

De ser posible, es recomendable realizar un TAC torácico para estudiar las posibles lesiones tumorales presentes.

La escintigrafía nuclear es la mejor técnica utilizada debido a su grado de sensibilidad y precisión.

A pesar de que el historial médico, cuadro clínico y exploraciones radiológicas hacen posible un diagnóstico presuntivo, es necesario también evaluar y descartar otras posibles causas de las lesiones óseas líticas o proliferativas.

Citología y biopsia

La citología consiste en análisis de los tejidos por medio de aspirado de los mismos con una aguja fina a la que se practica una tinción con fosfata alcalina.

Este procedimiento es mínimamente invasivo.

Cuando se encuentra ubicado en sitios poco comunes o accesibles, o se trata de una lesión atípica, suele realizarse una biopsia ósea.

Si se llega a realizar la extirpación del tumor por medio de un procedimiento quirúrgico, es necesaria la confirmación histopatológica del osteosarcoma.

En los casos de tumores óseos, la muestra debe tomarse directamente del centro de la lesión, ya que, al contrario de lo que ocurre con los tumores de tejidos blandos, las muestras tomadas de la periferia podrían no ser diagnósticas.

Examen físico

Un examen físico complementario es necesario.

Para ello se realizan pruebas ortopédicas y neurológicas, sobre todo si se estima la posibilidad de la amputación de la extremidad.

Complementariamente, es altamente recomendable una evaluación hematológica, bioquímica sérica y un uroanálisis.

El diagnóstico inicia observando al paciente cuando se encuentra en reposo, para poder determinar el sitio exacto en que se presenta la lesión al reaccionar al dolor con una palpación especial en el área de la metáfisis de los huesos, la deformidad y el edema.

Mientras que cuando se observa en movimiento, se hace con el objetivo de evaluar si existe pérdida de la funcionalidad y el grado de esta tanto como la presencia y gravedad de la claudicación.

La metástasis del tumor ocurre primordialmente por la vía hematógena (a través de la sangre) dirigiéndose principalmente a pulmones y otros huesos, aunque se ha detectado metástasis en los linfonodos regionales en más del 37% de los perros que presentan OSA.

La mayoría de los casos (superando el 90% de incidencias), presentan micro metástasis, aunque menos del 15% de los perros suelen presentar casos detectables en el diagnóstico inicial.

Tratamiento para el osteosarcoma canino

Existen diversas técnicas y procedimientos con los cuales tratar el osteosarcoma canino.

A continuación, enumeraremos algunos de ellos:

Con una cirugía

Una de las primeras opciones que se presentan para el tratamiento es la cirugía: con ella se busca la amputación del miembro afectado.

La gran mayoría de los perros pueden lograr tener una buena calidad de vida luego de la cirugía.

No obstante, debe tenerse en cuenta la presencia previa de dificultades ortopédicas o neurológicas que pudieran generar complicaciones posteriores.

La amputación total de la extremidad no suele recomendarse cuando se observa que ya hay presencia de metástasis del tumor, o si el perro presenta problemas de movilidad previa en la que se ven involucradas el resto de las extremidades.

Esto desmejoraría e impediría una recuperación más rápida y satisfactoria.

Intervención, extirpación y reconstrucción

Los pacientes más aptos para este tipo de cirugía son los que tengan el tumor localizado en las áreas del radio o cúbito distal, sin que sea evidente alguna enfermedad macroscópica en otra parte.

También, los que no tengan otras enfermedades y que el tumor sea menor a la mitad del tamaño del radio.

Además, perros que tengan fracturas patológicas o que su tumor se encuentre infiltrado en la circunferencia de los tejidos blandos del miembro, o que tengan otras lesiones edematosas, ya que el riesgo que corren es muy alto en comparación al beneficio que pueden obtener.

Terapia citotóxica

Esta terapia consiste en suministrar fármacos citotóxicos (quimioterapias) ya que contribuyen a aumentar el período de supervivencia.

Los más utilizados son el cisplatino, el carboplatino y la doxorrubicina, aunque el primero ya casi no se utiliza por los efectos secundarios que suele acarrear.

Sin embargo, no se ha demostrado terminantemente que alguno de estos sea superior en eficacia ni que su combinación sea más efectiva.

De la misma forma, no se han registrado diferencias respecto a la tasa de supervivencia entre perros que hayan recibido tratamiento de quimioterapia preoperatoria, intraoperatoria o incluso los que los hayan recibido hasta 3 semanas tras la intervención.

Por lo tanto, la elección del fármaco dependerá de las circunstancias particulares de cada caso, deliberando sobre las posibles consecuencias adversas, efectos secundarios y costos del tratamiento.

Tratamiento y manejo del dolor

Uno de los tratamientos más importantes consiste en el tratamiento y manejo del dolor que causa el osteosarcoma en el perro, debido a que la destrucción ósea por parte el mismo produce dolores realmente insoportables.

Se inicia con la aplicación de antiinflamatorios no esteroideos y opiáceos, pero en caso de no ser suficiente, se administran otras sustancias como gabapentina, bifosfonatos y amantadina.

Aunque no son analgésicos propiamente, actúan inhibiendo la reabsorción ósea e incrementando su densidad.

También se cuenta con la radiación hipofraccionada o paliativa que es considerada la terapia más eficaz como control rápido del dolor, a la vez que ayuda a ralentizar el progreso de la enfermedad.

Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”

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